Hace más de un año que partí del Perú para ir a vivir a Barcelona. Nunca imaginé que esa gran aventura de viajar a un país diferente y todo lo que implicaba en relación a la migración, estaría acompañada meses después de la pandemia y los cambios mundiales que estamos viviendo como colectivo.

Soltar, abandonar, reconstruir, deformar, reimaginar han estado presentes desde que tomé junto a mi familia la decisión de migrar a otro continente. Todo esto se vio doblemente intensificado por la llegada del Covid 19. Sentía que la vivencia de incertidumbre y caos que ya estaba experimentando internamente era ahora parte de una realidad externa que vivía el resto de la humanidad. Incertidumbre, miedo, caos eran los sentimientos principales de esta vivencia y se sostenían prolongadamente en el tiempo incluso en estos momentos que me encuentro escribiendo.

El proceso de migración y desprendimiento se vio acompañado por mi propia exploración en la pintura así como con el inicio de mi tesis de doctorado. Realicé durante ese tiempo en Lima, Perú una exposición que se llamó “Vital” y que paralelamente se convirtió en mi tema de investigación doctoral. El tema sobre la vitalidad se acercó a mí como una necesidad existencial, urgente de ser buscada. Me preguntaba sobre mi propia vitalidad y qué era necesario tomar en cuenta para estar en contacto con ella de manera significativa.

Pienso ahora desde la distancia necesaria, que la búsqueda de lo “vital” hizo que yo pudiera atreverme a sostener momentos de tanta incertidumbre. Ir en búsqueda de lo que tenía sentido para mí en estos momentos de mi vida, lo que estaba relacionado a una voz propia y única. Ser protagonista de mi historia. Esta necesidad de encontrarme con lo vital creó en mí el puente para poder transitar momentos de caos, deformación e incertidumbre. Incluso poder sostenerme en medio del desconcierto mundial que todos vivimos como realidad imperante.

Como parte de mi propia Investigación basada en las artes expresivas (IBAE, Calderón 2020), realicé un proyecto musical que me permitió entender desde el lugar imaginativo el tema de la vitalidad. Es así como en uno de los análisis estéticos que hice en ese momento de la música creada, describo lo siguiente:

“Un otro ha llegado, es un nuevo momento de apropiación, se siente propio, lo hago mío, no hay lugar para otras voces. Es un territorio intimo que necesita ser experimentado. Se siente que es uno mismo diferente a todo lo demás . Es una melodía fluida, suave, con pausa, donde existen los propios tiempos. Uno se apropia de su tiempo. Es un sonido que se siente propio y te acoge, genera sensación de ser uno mismo, de estar tocando tu propia melodía. No hay otras voces que interrumpen”.

(Alalú, IBAE)

La búsqueda de lo vital me sostuvo en tiempos de incertidumbre porque sabía que me acercaría a eso propio y cargado de sentido para mí. Mi propia voz en el mundo, mi propio tempo como sucedió en el encuentro con la música en mi investigación personal. Desde este proceso personal es que empiezo a explorar nuevas posibilidades llegando a Barcelona, no solamente vivir en una nueva ciudad con todo lo que ello implicaba sino incluso replantear mis propios modelos y formas de enseñar y acompañar procesos de transformación desde las artes expresivas en un nuevo momento de mi vida.

Meses después de mi llegada, la sensación de incertidumbre global, el temor real y persistente en el tiempo de un elemento externo ( virus) implicaba no solamente acercarse al caos como antesala de una nueva creación sino que la realidad que estábamos viviendo se volvía literalmente amenazante, traumatizante, alienante y nos llevaba paulatinamente a tener que vivir situaciones de deconstrucción y duelos profundos. Sin embargo yo ya estaba viviendo de alguna manera emociones de incertidumbre y deseos de deformar lo conocido para volver a crear. La vitalidad y el escuchar mi propia voz seguía siendo mi inspiración incluso en tiempos tan extraños y difíciles para la humanidad.

Desde este contexto y paralelamente a toda esta situación de crisis colectiva se dio inicio al curso Summer school en EGS. Esta vez en versión online por la imposibilidad de viajar y encontrarnos presencialmente. Enseñé varios seminarios virtuales junto a otros profesores y me pude acercar a diferentes alumnos de distintas partes del mundo. Ya había tenido previamente algunos cursos cortos de modo virtual en Barcelona pero ahora era la primera vez que enseñaba en un programa online durante un tiempo prolongado junto a otros profesionales. La creación en línea se hizo presente, alumnos y profesores fuimos testigos del aprendizaje y la posibilidad de llevar las artes expresivas al terreno de lo virtual. Me preguntaba cómo hacer que esta experiencia tenga ese elemento de vitalidad indispensable para la vida de todos nosotros y más aún en tiempos tan amenazantes.

La experiencia fue muy enriquecedora a pesar de no estar en Saas Fee, Suiza de manera presencial. Sin duda extrañaba el sentir con mi cuerpo la presencia del grupo, del lugar, verme sumergida en ese imaginario tan potente de las montañas, de la creación colectiva, de los abrazos y miradas, de la potencia del arte en vivo. Mi cuerpo habitaba de otra manera la enseñanza y la creación. Esta vez era diferente. No podría decir que fue menos significativa pero sí que fue diferente y creo que debemos reflexionar sobre lo que ha significado este modo de educación online y las nuevas posibilidades que abre a nuestro campo. .Pienso que la enseñanza virtual puede ser un nuevo camino y me pregunto qué elementos tienen que seguir existiendo para que estos nuevos espacios de educación y transformación resulten conectados a la vitalidad, tan necesaria de sostener en estos tiempos.

Estamos a mi entender en un momento de transición. Quizá la enseñanza online vaya tomando más fuerza, incluso la atención terapéutica online de Artes Expresivas sea una posibilidad más para mucha gente. Algunos profesionales ya han empezado a tener ésta práctica durante el confinamiento incluso tiempo atrás y es interesante detenernos a pensar sobre ello como facilitadores y educado-res desde las artes expresivas.

Vuelvo al tema de la incertidumbre, el caos, el vacío que son parte de lo que estamos viviendo como colectivo. Quizá debemos ser fieles a este momento tan particular y fundamental de las artes expresivas. Ser capaces de crear nuevos interrogantes sin aferrarnos a ese “pasado” o a una “antigua y conocida normalidad “. Ser capaces de re imaginarnos como facilitadores o docentes de artes expresivas, poder deformarnos en búsqueda de esos nuevos gestos vitales, descentrarnos como dice nuestra propia metodología a una experiencia alternativa y ver qué sorpresas llegan desde aquí. Es en ésta línea de pensamiento que me pregunto ahora: ¿ Qué pasaría si intentamos ver qué sucede al jugar con esas posibles deformaciones en el campo de las artes expresivas en el terreno de lo virtual? ¿Cómo sería deconstruir y explorar nuevas maneras de enseñar? ¿Es posible seguir llevando el arte, la imaginación, el juego la creatividad y la salud en nuestros encuentros de forma virtual?

No pretendo responder a todos estos interrogantes en este ensayo pero quiero empezar a aproximarme a pensar sobre estos temas desde la experiencia vivida en estos meses. Las artes expresivas están enmarcadas dentro de un paradigma poético, de co-creación. Sabemos que la posibilidad de imaginar es posible incluso en tiempos de caos, trauma e incertidumbre. El poder imaginar y crear nuevas posibilidades se hace imprescindible en estos tiempos de transición. Quedarnos atrapados en un tiempo pasado significaría no querer seguir co-creando con la realidad e imaginando nuevas posibilidades futuras.

Sabemos que el trabajo con los sentidos y nuestro cuerpo es fundamental para entrar a los espacios imaginales. No podemos desconectarnos de nuestras características humanas: somos seres sensoriales, corporales, imaginativos y comunitarios y formamos parte de una red interconectada junto a otros seres. ¿cómo permitir entonces que estas nuevas tecnologías, modos de encuentros online, no desvirtúen nuestra comprensión del ser humano y nuestra práctica? Quiero acercarme a reflexionar esta pregunta desde algunos elementos que me parecen fundamentales desde las Artes Expresivas y que deberían seguir siendo ejes necesarios a tener en cuenta a la hora de pensar en un modelo online/virtual.

 1- Imaginación y juego
Sabemos que nuestro trabajo como facilitadores de artes expresivas es permitir a las personas, grupos y comunidades descentrarse de la realidad literal, cotidiana, para acceder al terreno de la imaginación y el juego. Trabajamos con las imágenes, en la creación artística y dejamos que las sorpresas y nuevos conocimientos, sentimientos y sensaciones vengan desde ese lugar de experiencia alternativa.

En mi experiencia virtual, el juego y la imaginación sí han sido posibles. Las personas logran acceder al mundo de sus imágenes desde el movimiento, lo poético, el juego, lo visual, la fotografía, etc. He sido testigo de creaciones individuales y colectivas donde las imágenes fueron creadas en un primer momento y profundizadas desde experiencias intermodales. Las sorpresas se han dado en la 4mayoría de participantes trayendo nuevos descubrimientos.

Habían momentos donde uno como facilitadora de la experiencia confiaba en el experto, dejando a 5cada quien su tiempo y espacio para descentrarse. Esta sensación es diferente al hecho de estar en el mismo espacio compartido físicamente. Cuando uno habita el mismo lugar físico de experiencia, puedes ver lo que va ocurriendo e incluso existe una mayor capacidad de moldear la experiencia en el momento presente porque todos los sentidos están involucrados. En el terreno de lo virtual uno sigue cuidando el espacio de la creación pero tiene que confiar en ese tiempo y espacio propio don-de uno ya no puede estar físicamente presente mirando y escuchando todo lo que sucede al otro lado de la pantalla. El moldeo y la contención de la experiencia se hacen entonces posibles en este otro modo de encuentro. A veces el moldear de forma virtual requiere pautas muy claras por parte del facilitador, silencios importantes para la escucha, organización del espacio virtual que facilite la experiencia. El acto creativo puede llegar en la medida que se vaya construyendo un vínculo seguro y contenedor que facilite ir al encuentro de la imaginación en un espacio físico alejado. Hillman (1999) nos recuerda “Donde la imaginación reina, la personificación ocurre”. La imaginación para Hillman tenía la capacidad de hacer alma, de estar conectada con nuestra psique y vivir una vida llena de sentido. La pérdida de alma más bien recibe el nombre de despersonalización, donde todas las cosas y uno mismo se vuelven automáticas, irreales, vacías y se genera una ausencia de sentido de persona. Es importante seguir llevando la imaginación a estos espacios de virtualidad en estos momento de despersonalización ante el miedo y la incertidumbre que estamos viviendo. El encuentro virtual ha permitido seguir encontrándonos con nuestro imaginario y capacidad creadora en momentos donde más se necesita.

 2- Comunidad
Uno de los elementos que considero muy valioso en nuestro trabajo y que a mi modo de ver está relacionado al sentimiento de vitalidad es el factor comunitario. Las artes han tenido una relevancia comunitaria a lo largo de la historia y han sido capaces de generar sentido de pertenencia y trascendencia.

A lo largo de estos meses he sido testigo de los diversos encuentros online que albergaban a varias personas de distintas partes del mundo. La conexión simultánea de diversas nacionalidades en el mismo espacio virtual ha sido algo muy valorado por los participantes. Poder compartir historias, imágenes, sensaciones, emociones, pensamientos con la diversidad cultural que ello implicaba ha sido uno de los grandes valores que lo online le ha dado a nuestro campo. La comunidad de profesionales de un país dialogando con los de otro. Profesores que pueden enseñar en distintas comunidades y acercarse así rápidamente al intercambio de conocimiento.

Durante mis cursos online he sido también testigo de la creación de una cohesión grupal importante , muchos de ellos con el deseo de mantener la comunicación después del curso o experiencia. Así mismo el potencial de una comunidad que funciona como testigo de experiencias individuales y que responden al acto creativo, honesto y vulnerable de cada quién, hacía que este sentimiento grupal se vaya desarrollando en los encuentros, creándose un sentimiento de estar sostenido por el grupo de experiencia. Un colectivo que se mantiene en el tiempo y crea soporte y contención en estos momentos donde el distanciamiento social se impuso como nueva normalidad. Los pequeños grupos dentro de la plataforma online también existían. Era posible entonces generar una mayor intimidad donde se pudieran conversar de emociones y experiencias. El grupo pequeño permitía dialogar sobre lo aprendido, conectar vivencias entre ellos, preparar incluso una presentación artística que implicaban procesos creativos colectivos. Como dice Victor Frankl el propósito del ser humano tiene que ser descubierto, cada quien tiene el suyo propio sin embargo éste propósito está conectado no solo con la propia psique sino con otro ser humano. la plataforma online dio la posibilidad de estar en comunidad en un momento donde esto no era posible. No estuvimos solos , pudimos estar juntos en un momento de derrumbe, encontrando nuevos propósitos para nuestras vidas. La creación de espacios comunitarios tienen que seguir sosteniéndose en estos modos online, para mantener el sentimiento de que somos parte de un colectivo que se enriquece mutuamente.

 3- El cuerpo y los sentidos
¿Cómo abandonar el cuerpo y los sentidos que nos habitan si son el origen de nuestra posibilidad imaginativa? Nuestra práctica está basada en experiencias que tienen que ver con habitar nuestro cuerpo. Es difícil entrar a la realidad imaginal desde el arte, juego o ritual sin ingresar primero por el universo de los sentidos. El cuerpo del terapeuta es fundamental para ir sintiendo lo que sucede en el encuentro y así poder tener una experiencia de co-creación.

Durante las experiencias virtuales he sido consciente de las limitaciones que podría traer el alejamiento de los cuerpos por el simple hecho de estar separados por una pantalla. Estar presentes en tiempo pero no en el mismo espacio es un gran desafío. La tendencia a estar muchas horas sentada frente al computador era un elemento que podía incluso disturbarme y alejarme de mi cuerpo como herramienta vital en el encuentro. Era consciente de la importancia de tener que traer la sensorialidad para que no se pierda ésta posibilidad. En el Summer School fuimos testigos del importante trabajo que se hizo con la comunidad, los cuerpos en movimiento y nuestros sentidos durante las comunidades de arte online. Estas posibilidades eran a veces realizadas de forma individual siguiendo algunas indicaciones previas y cada quien encontró su lugar para conectar sensiblemente con su propio cuerpo. Por momentos ésta conexión se daba de forma colectiva en donde podíamos ser testigos de los otros cuerpos (a través de la pantalla). Se creó así un sentimiento compartido de estar viviendo lo mismo corporalmente en espacios diferentes.

Nuevamente la mirada cambia, ya no es el facilitador en el mismo espacio de experiencia pero es un facilitador capaz de generar experiencias corporales que inviten a la sensibilización, creación y belleza. Incluso he podido presenciar una mayor confianza en algunos participantes en donde el hecho de estar solos en sus propios espacios, facilitaba el involucramiento con el propio cuerpo (A veces esto es difícil de hacer en algunas personas de manera presencial). He sido también testigo del trabajo profundo con el cuerpo con algunos pacientes estando yo como facilitadora “lejos” en el mismo espacio físico pero cerca en presencia y voz. Me parece que el tema del cuerpo y los sentidos es algo que habrá que atender profundamente si nos aventuramos al trabajo de las artes expresivas online porque estos componentes son la vía regia a la imaginación y a la posibilidad de albergar la creación. Sin cuerpo presente no podríamos imaginar un encuentro con vitalidad. Desde lo online hay sentidos que se pierden como el kinestésico o el olfativo pero existe lo visual, lo auditivo para ser atestiguado. Quizá esos otros sentidos pueden ser recuperados desde el propio lugar para no perderlos como parte del encuentro vital.

 4- Belleza
Me encontré virtualmente con muchos momentos de belleza. Imágenes visuales, poesía, fotografía, cuerpos en movimiento, uso de los sonidos y la voz. Estoy sorprendida de esa posibilidad de crear belleza de manera virtual. Algunos alumnos y pacientes han podido compartir imágenes que resonaban mucho con ell@s a lo largo del confinamiento. He podido responder también a estas imágenes haciendo uso de la tecnología.

Hace unos años atrás descubrí el potencial que tenía un programa digital para pintar desde mi iPad. Estuve muy cerca por primera vez de esta nueva manera de hacer arte donde las brochas y las pinturas físicas no existían. Sin embargo la pantalla y mis dedos pintando sobre ella me sorprendieron gratamente con imágenes muy potentes que luego fueron parte de una exhibición llamada “Vital”, como mencioné al inicio de éste ensayo. Me encontré con la posibilidad de crear belleza virtual-mente aunque siempre regreso también a la pintura y sus texturas a través del uso real de los materiales. Me gusta jugar en los dos espacios/ dimensiones y ver cómo dialogan. Tal vez este tipo de diálogos son los que tenemos que empezar a hacer para ir creando puentes, gestando nuevas posibilidades de sorprendernos frente a la belleza que podemos crear también de manera no presencial, incluso con materiales no tangibles como fueron los colores creados desde mi ordenador. Habrá que entrar en dialogo con el arte digital, la música , el video, la fotografía y sus múltiples posibilidades desde estos nuevos programas o Apps que permitan jugar de otras maneras y seguir apostando en nuestros encuentros por la generación de momentos “bellos”. Como dice Jean Dubuffet: “El verdadero arte siempre está en el lugar más inesperadoLo online y la tecnología nos invitan a los facilitadores de artes expresivas a seguir buscando lo inesperado que nos abre también a lo vital en tiempos de pandemia.

 5- Poiesis
Toda esta experiencia virtual ha sido sumamente enriquecedora y transformadora. Para mi como facilitadora, me ha llevado a una práctica que antes no había imaginado, he jugado con otras dimensiones de experiencia, con nuevas sensaciones y entendimientos de mi trabajo. En la comunidad con la que he trabajado he visto cómo el aprendizaje se ha hecho posible, el entendimiento vívido, encarnado, no solo el teórico sino también lo aprendido desde las experiencias con las artes, el juego y la imaginación. He presenciado momentos de conexión, sensibilidad, vulnerabilidad y transformación.

Puedo decir que Poiesis (Levine, 2005) ha sido posible incluso en situaciones muy violentas como 6 las que hemos estado viviendo globalmente con la pandemia y han traído todas estas dimensiones vitales a los individuos y grupos con los que he venido trabajando virtualmente. He sido testigo de momentos creativos muy bellos, en donde eros se asomaba por las ventanitas de la virtualidad. Hemos creado nuevas posibilidades y descubierto más sobre nosotros mismos. Hemos ido al encuentro de un otro desconocido y resonado con sus creaciones, pensamientos y sentimientos. Hemos transformado finalmente la dificultad en posibilidad, desde un lugar creativo y vital.

Tal vez es posible imaginar una educación con elementos virtuales conectados a todos los elementos que he ido describiendo. A la misma vez no perder de vista eso que nos hace tan humanos y tiene que ver con nuestro cuerpo y su sensorialidad, con la belleza e interrelación del mundo de afuera en el que cohabitamos. Debemos ser capaces de integrar ambas posibilidades donde no se pierda la posibilidad de imaginar, transformar individualmente y colectivamente. Si somos capaces de dialogar con estos elementos desde la virtualidad entonces juguemos con la tecnología y encontremos la humanidad en ella. Paralelamente no olvidemos que hay un mundo allí afuera esperándonos para seguir co-creando. Somos parte de ese mundo físico y forma parte de nuestra propia naturaleza vital.

Este ensayo es una invitación a la reflexión, no pretendo con esto concluir sobre las ventajas de un nuevo modelo virtual sobre uno presencial, sin embargo pienso que no podemos ser ajenos a estos nuevos paradigmas que nos trae el mundo y que han tenido una función vitalizadora en momentos tan complejos. Debemos poder seguir jugando imaginativamente. ¿Seremos capaces de deformar-nos en nuestra praxis para encontrar nuevas formas de transformación? ¿Cómo dialogaremos entre esta nueva realidad virtual y la ya conocida experiencia presencial desde las Artes Expresivas?.

Deseo poder acercarme a este nuevo reto sin perder de vista la imaginación, la sensibilidad, la belleza , nuestra capacidad transformadora, nuestros orígenes comunitarios y sobre todo la búsqueda permanente de lo que nos hace ser seres vitales en este mundo.