Terapia de Artes Expresivas, un poco de historia

 La terapia de artes expresivas surge en Boston (Lesley University) durante la década de 1970 con los aportes de Paolo Knill, Shaun McNiff, Norma Canner y Elizabeth McKim. La propuesta consistía en integrar diferentes modalidades artísticas (movimiento, música, artes plásticas, poesía y drama) en el ámbito terapéutico. Sin embargo, al pasar los años, la terapia de artes expresivas superó el entorno del consultorio y se extendió a distintos campos, como la educación, la intervención en la naturaleza, en contextos de trauma, la consultoría organizacional y comunitaria. Así mimo su práctica se ha extendido ahora a  todos los continentes.

En el espacio terapéutico, más allá del uso de la palabra, las artes pueden estar presentes trayendo el potencial transformador que tienen los procesos imaginativos para la salud emocional en las personas.

Nuestro trabajo tiene que ver con retomar la capacidad que todos tenemos de imaginar y crear nuevas posibilidades a pesar de las dificultades que podemos estar viviendo. Las artes traen nuevas e inesperadas sorpresas cuando nos atrevemos a salir de las tradicionales maneras de entender lo que nos pasa. A veces podemos sentir incluso que damos vueltas sobre los mismos patrones en nuestra vida y son los procesos imaginativos los que nos conectan a nuevas y valiosas posibilidades.

Las artes expresivas nos acercan a los procesos vitales de experiencia. Nuestros sentidos, cuerpo e imaginación se ven involucrados, trayendo a nuestra vida nuevos recursos, más allá de los  “síntomas o patologías”   que puedan presentarse.

 El proceso terapéutico siempre se desarrolla dentro de un espacio seguro y un vínculo de confianza  con el terapeuta.